viernes, octubre 10, 2008

Leandro Aput: la música después de Cabezones


Se llama Leandro Aput, es mendocino y, para más datos, es hermano gemelo del bajista de Karamelo Santo, Diego. Está radicado en Buenos Aires, pero nunca ha dejado de sentirse un habitante más de estas tierras cuyanas. Hoy, se presenta en un pub de Chacras de Coria con su flamante disco, Luz día, un material al que le dedicó todo su tiempo luego de alejarse de Cabezones, banda que integró durante cuatro años. Como invitado estarán Daniel Vinderman y su banda.
Luz día ha sido editado por el sello Universal y fue producido por Diego Aput, grabado los estudios Fader Records por Carlos Beguerie y masterizado por Max Scenna en Puro Mastering. El material es un amanecer personal y musical en el que además de su habitual rol de guitarrista, Aput se impone el desafío de cantar sus propias composiciones. “El disco contiene nueve canciones decididamente honestas y urgentes, en las que la melodía de la voz y las guitarras, en su mayoría acústicas, se conjugan con una base rítmica sólida y a la vez musical”, explica su autor.
El hilo conductor de la placa es la guitarra y la voz del músico, pero el recorrido tiene diferentes paisajes en los que se destaca la simpleza de las melodías y los finos arreglos.
–Creí que iba a ser más evidente la influencia de Cabezones en el disco...
–No es muy evidente, pero está. Es muy distinto el sonido, el momento y el proyecto. Es un comienzo distinto y alguien que me conozca de Cabezones no se espera esto. Tampoco fue intencional hacer algo distinto, pero lo empecé a hacer cuando se terminó la historia con la banda y las canciones fueron tomando solitas este rumbo. Hasta me fui descubriendo a mí mismo.
–¿El nombre del disco, Luz día, tiene que ver con esta nueva etapa o hace referencia a la vida casi en contramano que lleva el músico?
–Tiene un montón de significados y algunos los fui encontrando después. Primero, surgió porque esa metáfora aparece en un par de canciones del disco. Después surgieron otras cosas y esto que me decís vos en algún momento está, también. Además, es enfrentar lo que tiene que venir y para mí es tirar siempre para adelante.
–¿Y cómo fue trabajar con Diego?
–Fue fantástico. Tenemos una relación especial, ya que somos gemelos. Tocamos juntos durante muchos años, después dejamos de hacerlo, pero actualmente vivimos juntos. Y trabajar con mi hermano fue un placer. Además, era un momento complicado porque venía de la separación de Cabezones y no tenía ganas de salir a buscar gente nueva. Necesitaba gente amiga que me apoyara y me ayudara a salir adelante. Me aferré a la gente más cercana y mi hermano es el tipo que más admiro como músico y como productor.
–Cuando se alejaron de Cabezones, ¿no pensaron con el resto de los músicos formar otra banda?
–Era una posibilidad latente, pero había que respetar los tiempos de los tres. Cuando dejamos Cabezones, todos lo hicimos por razones distintas, fue un momento muy complicado y necesitábamos tiempos. Cada uno se tuvo que resguardar a solas y pensar qué quería seguir haciendo y yo no quería parar de tocar. Los chicos estaban viviendo otro momento y no se podía plantear armar otra banda.
–La relación con César Andino, ¿cómo quedó?
–No tengo más relación con César. La última vez que hablé con él le deseé suerte y no he vuelto a hablar con él.

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