martes, noviembre 06, 2007

Chancho Va, lejos del mito


Chancho Va es, sin duda, el mejor exponente del power rock provincial. Con tres demos y un disco en su carrera musical (Parir la calle, 2000; Sin alambres pero con púa, 2001; Chancho Va-2002, 2002, y Hombre plastilina, 2005), la banda ya tiene lista su segunda producción discográfica, El mono del rey, que según los propios integrantes es una placa con una concepción diferente a la anterior.

Los comienzos del grupo se remontan a principios del 2000, cuando Canario Vilariño, Rubén Castagnolo y Leonardo Grasetto, quien en ese momento era el baterista, decidieron emprender juntos la experiencia del trío, idea que rondaba desde siempre entre las cuerdas de la banda. Luego se incorporó, en lugar de Grasetto, el talentoso Chaco García, quien fue elegido por Divididos para ser uno de los bateros remplazantes de Catriel Ciavarella en el caso de que éste no pueda asistir a algún recital.

En una entrevista exclusiva, los músicos mendocinos adelantaron lo que será El mono del rey.“Titulamos los discos siempre extrayendo una frase de alguna de nuestras canciones. En esta oportunidad, El mono del rey pertenece al tema Aunque parezca mentira”, narra Vilariño, quien este año ha tenido dos hijos: Gregorio, de cuatro meses, y este álbum, cuya patria potestad comparte con García y Castagnolo.Y como todo padre, Castagnolo y Vilariño hablan orgullosamente de su descendencia. “Este disco es como ‘tridimensional’: tiene más profundidad y el proceso de grabación fue lindísimo”, expresa Castagnolo, a lo que Vilariño asiente agregando que este disco le “encanta”.El mono del rey está producido por Chancho Va y fue grabado y masterizado en el estudio Fader Record.
–¿Cuántos temas tiene el disco?
C. Vilariño: –Tiene diez canciones.
–¿Y es muy diferente al anterior?
R. Castagnolo: –Sí. Las letras hablan de la trivialización de la figura del rockero.
C. V.: –Es como para sacarnos de encima la bronca que nos da que se genere una “mentira” a partir de un rockero.
R. C.: –La “mentira” sería cuando se considera al que está sobre el escenario más que al que está como espectador.
–¿Están “desmitificando” al rockero?
R. C.: –¡Claro! Sería como la desmitificación del rock. Pero es una crítica y una autocrítica. Porque mucha gente cree que la estrella de rock tiene poder y levanta un dedo y todos hacen lo que dicen, y no es así. Un rockero tiene el mismo poder o valor que un mecánico, por ejemplo.
–Y con respecto a lo netamente musical, ¿también hay diferencias?
R. C.: –El disco anterior, para mí, era bastante más crudo, y muchos de los estribillos estaban basados en el riff. En este nuevo disco hay más presencia de la canción en cuanto a formato. Además, hemos hecho un crecimiento fuerte en cuanto a incorporar otras texturas, como la gaita o el bandoneón.
–¿A quién tienen como invitados?
C. V.: –Tuvimos el placer de trabajar con Felipe Staiti, Gonzalo Tohmé, Pablo Cafici y Gabriel Quintero. Además, nos asistieron en bajos y guitarras Leo Mut y Yoyo Sevilla.
–¿Cuándo va a estar en la calle?
R. C.: –Estamos esperando la duplicación y confirmar el canal de comercialización. Tampoco queremos presentarlo hasta no tenerlo en mano. De todas formas, la canción La trampa está sonando en las radios porque forma parte del compilado Vino el rock.

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